Cómo ser cool con una remera de Homero

La humanidad mantiene grandes deudas. Una de ellas con el inventor del aerosol. Gracias a esta noble persona podemos oler bien, repeler mosquitos, aromatizar ambientes, cegarle la mirada a un villano o hacer covers de Joy Division. Sin embargo, estas opciones son muy poco desafiantes. La verdadera relevancia y utilidad del aerosol reside en su capacidad para abrir cabezas y multiplicar conciencias. En especial, cuando el aerosol es utilizado para escribir mensajes en las paredes que te dejan pensando, tales como “apagá el televisor, prendé tu cerebro”, “preguntate cosas” o el bastante directo «abrí tu cabeza burguesa, pedazo de un imbécil».

Gracias al inventor del aerosol y los perpetradores de graffitis, uno rompe el cascarón y empieza a plantearse las grandes interrogantes que lo aquejan. Es inevitable comenzar por el original ¿de dónde venimos? y continuar por el irremediable  ¿hacia dónde vamos? Años más tarde uno crece, toma el control remoto, prende la tele, y alcanza preguntas de mayor complejidad, como ¿por qué Los Simpson son amarillos?

Y como la verdadera fuerza de una pregunta radica en su potencial para llevarte a otras, te seguís preguntando cosas, como qué edad tendría Bart hoy en día si los Simpson hubiesen crecido desde su primer episodio en 1989 o por qué hay gente que sigue utilizando remeras de los Simpson con mensajes que han olvidado la gracia.

Ah, tiene un chiste con nike, jajaja, qué gracioso, es impresionante

A diferencia de otros flagelos que suelen ocultarse, portar una remera de Homero comiendo donas, con una frase a medio camino entre la pelotudez y la pena, es expuesto con total impunidad por miles de barrigas en todo el planeta. Es más, quienes las visten suelen caminar por el universo con una gran felicidad; un tipo de felicidad que no dudamos en condenar por dañina y contraproducente.

Así como frente a un edificio tenemos a quien lo percibe como una obra que sintetiza y resuelve inteligentemente diversos aspectos arquitectónicos y se integra al entorno urbanístico con naturalidad, también tenemos a quien piensa “qué buenos esos balcones para escupir a quien pasa y salir corriendo”.

De igual modo, los Simpson han admitido varios niveles de interpretación. Lamentablemente, el nivel análogo a “escupir desde el balcón” fue ganando terreno entre sus seguidores, quienes hicieron de las remeras de Homero tomando cerveza una triste seña de identidad. Esto no sería tan malo, si no fuera porque los mismísimos guionistas cayeron en el mismo recurso y comenzaron a escupir desde sus balcones, dejándonos la cabeza bastante mojada.

Humor punzante

A medida que la serie fue dejando de lado la urdimbre narrativa, fue volcándose más hacia el gag predecible y el slapstick reiterativo, junto a otros recursos casi siempre enfocados en Homero Simpson, quien se consolidó como centro de la serie. Los vendedores de remeras, agradecidos. En el medio, el retrato de una familia disfuncional empezó a volverse moneda corriente en sitcoms de todo tipo, al tiempo que aparecían series animadas más satíricas (South Park) o más surrealistas (Padre de Familia).

Desconcertados, los Simpson  perdieron el rumbo y, para lamento de los fans más incondicionales, la serie pasó de ser una parodia satírica de la sociedad estadounidense, a ser una paraodia gorda y autocomplaciente de sí misma; tan gorda como Homero Simpson, tan inofensiva como el Chavo del 8 (y con similar cantidad de horas al aire que el imbancable amigo de Quico). Hasta que llegó un momento en que Bob Esponja se volvió más transgresor que Los Simpson. Entonces Springfield, tenemos un problema.

A causa de todo esto, las remeras de los Simpson, también conocidas como pasta base en forma de algodón (con suerte), fueron cayendo en desgracia. En lugar de levantar una guiñada o un esbozo de risa, las imágenes celebratorias de “las locuras de Homero» pasaron al infierno del buen gusto. Sin embargo, aún hoy, muchos persisten en esta triste “moda”.

Un óptimo maridaje entre remera y cara

Si es tu caso, no desesperes, la recuperación existe. Tu parche contra las remeras de Homero Simpson también viene en forma de remeras (para que el cambio no sea drástico); y también con frases de Homero (para que el cambio sea lo más gradual posible). Pero hablamos de otro Homero, del Homero que, con la vigencia de los clásicos, siempre quedará bien en un marca libros o en una carta de renuncia.

La escapatoria a la remera de Homero, consiste en vestir prendas con inscripciones de las primeras oraciones de La Ilíada y La Odisea. Se recomienda utilizar las primeras oraciones de los bestsellers homéricos, pues la mayor parte de los humanos no han pasado más allá de ellas. Por eso, nada mejor que una remera con ilustraciones de Aquiles o Ulises con frases como “Háblame, oh Musa, de aquél varón de multiforme ingenio” o “Canta, Oh Diosa, la cólera del Pelida Aquiles”, frases que podrán no despertar carcajadas, pero elevarán tus chances de acostarte con estudiantes de griego clásico. 

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