Cómo ser cool si te gusta la cumbia

No hay vicio más tentador que dividir el mundo en dos. Y no nos quedamos en la división de números que aprendimos en la escuela, sino que vamos más allá. No es necesario ser John Wilkins para intentar nuestra propia clasificación del universo. Por ejemplo, están quienes son actores y quienes los odian; quienes acarician animales y quienes les temen; QUIENES ESCRIBEN TODO EN MAYÚSCULAS y quienes sienten una comezón que comienza por los ojos y se expande por todo su organismo cada vez que alguien abusa de la tecla Bloq Mayús.

Pero de todas las clasificaciones posibles, hay una que es irresistible: catalogar a las personas según sus gustos musicales.  En ese mundo taxonómico hay cajones mejor reputados que otros. Entre los menos agraciados se encuentran quienes abren una cafetería y ponen Bossa n’ Stones todo el día, quienes sueñan con asistir a un unplugged de Coldplay, quienes se emocionan con cada banda sonora taquillera, quienes creen que la historia del reggae se reduce al orden de las canciones del Legend de Bob Marley, y en el fondo, en lo más bajo de la escala, tenemos a quienes profesan su amor por la cumbia libres de toda culpa.

Lady Gaga reivindica la cumbia de los 90’s con su teclado

Bajo la etiqueta «cumbia» agrupamos diversos ritmos cuyos nombres desconocemos y que simplificamos con el adjetivo «tropicales«. Estos ritmos no suelen ser muy ponderados, y mucho menos cool. Así que si te emociona la finada voz de Leo Mattioli, si tenés una foto con el Fata Delgado en un cumpleaños de 15 o si cuando escuchás “mi pollera amarilla” te dan ganas de ir al shopping, estás en serios problemas. Seguramente te gane la incomodidad cada vez que se escucha la voz de Miriam Britos o Sonido Caracol, y un ardor incontenible empieza a inflar tus venas, mientras tu piel hace lo posible por ignorarla y seguir con las piernas cruzadas para un lado y la cabeza apuntando para el otro. La procesión va por dentro. 

¿Por qué esa tensión? El problema radica en que la cumbia es excesivamente popular, algo que no agrada demasiado a tus amigos. Mientras que ellos te recomiendan música de cantantes sensibles que retratan tardes de domingos solitarias, vos tarareás una letra que habla de un sábado por la noche frenético.Vos concebís la noche del sábado como el momento para mover las caderas, pero tus amigos prefieren quedarse parados afuera del boliche, hablando del poco tiempo que tienen para escuchar todos los discos de post-rock que han descargado en la última semana. A lo sumo, si llega a sonar un tema que les gusta, harán un baile de guiñadas entre ellos.

El temor de tus amigos

Es una situación que te acongoja, y no es para menos. Por eso tú y tantos otros que cargan con el incómodo gusto por la cumbia han intentado diferentes tácticas para que la cumbia pueda ser admitida en el reino de lo cool.

Un camino muy frecuente consiste en bailarla pero de forma irónica, haciendo de cuenta que te estás divirtiendo, cuando en realidad nadie sospecha que, en efecto, te estás divirtiendo. Otro camino ha sido bucear en cumbia colombiana de mitad de siglo, un objeto lo suficientemente lejano como para que no haga daño, y una justificación aceptable para que bailes con “ritmo histórico-antropológico”. Un paso más inteligente pero igualmente insuficiente ha sido encumbrar la cumbia peruana de los 70s y toda su imaginería psicoactiva tan verde y de colores aún no imaginados.  Por último, una de las soluciones menos elaboradas ha sido escuchar a Juan la-kriptonita-del-cuarteto-de-nos Campodónico, y sus collages edulcorados.

Rock

Obviamente que las respuestas no están allí. Esas tentativas son parciales, pues requieren de elementos externos, tales como explicaciones, contextos, guiñadas, sofisticaciones, y de la inofensiva ironía. El camino para cómo ser cool si te gusta la cumbia es entender que en estas tierras de rock apagado y poco masivo, el verdadero rockero es el cumbiero; aquel que le saca jugo al playback en 10 shows por noche, que consume las drogas de peor calidad, y tiene el sexo más promiscuo y desenfrenado. La solución es armar tu propio «conjunto» musical, pelar el teclado guitarra y salir a cumbianchear por ahí, sin esperar la aprobación de los demás. La aprobación solo llegará cuando abras tu propio camino como  un verdadero Jerry Lee Lewis cumbiero del siglo XXI, y las revistas extranjeras comiencen a hablar de ti como el secreto a voces que hay que conocer. En caso de que no sepas tocar un instrumento, no te desanimes, las bases programadas de los sintetizadores te pueden llevar muy lejos.

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3 pensamientos en “Cómo ser cool si te gusta la cumbia

  1. A mí me encanta la cumbia además de muchísima otra música, me gustó esta entrada de blog.

    Más te digo, generalmente los viernes se arma una battle royale latina en mi FB porque me vienen las ganas de escuchar un Denis Elías, un Rolando Paz y los infaltables éxitos del Pop Latino de los early 2000s. ¿Por qué? Porque a mis 25 años es una música que me lleva a épocas re lindas de la adolescencia, de salir con el pelo mojado en pleno agosto, cuando se fumaba adentro de los boliches y tarimear era cosa de pro.

    ¿Cómo ser cool y que te guste la cumbia? Creo que si realmente te gusta, disfrutala y listo, al que no le guste y te mira raro tiene que rescatarse tranquilamente escuchando su Cat Power/Ke$ha/Coldplay/Metallica. No hay que decir «escucho cumbia y me la re banco», sino «escucho cumbia y está buenísima, me divierte».

    Apa, justo, en mi celu está sonando «Horas Vacías»…

    ¡Saludos!

  2. Tengo una duda, porque motivo hay una foto de Rodrigo, con la palabra Rock escrita al pie, si Rodrigo fue un cantante de CUARTETO, no de cumbia ni de Rock??Pregunto porque no se si fue un error o tiene algún motivo particular…

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