1. En el hogar familiar el almuerzo y la cena tienen su hora marcada y sus respectivos rituales a seguir. Alguien cocina, alguien pone la mesa, alguien lava los platos, y siempre se come postre. En la casa del soltero, al igual que cuando uno está de viaje, la comida es un trámite. Se come cuando pica el hambre. Un refuerzo o una banana sirven para salir del paso, y no es necesario poner la mesa, usar servilletas ni comer sentado. Se hace abuso de los locales de comida al paso y se roban servilletas, sobrecitos de azúcar y sachets de mayonesa y ketchup.
2. Al igual que en un viaje, al principio se mandan muchas fotos. Esta soy yo entrando al baño del aeropuerto. Esta soy yo en el avión, sentada al lado de un señor que me tocaba la pierna, pero no encontré ningún objeto cortante para lastimarlo. Esta soy yo al lado del monumento a alguien re importante. Lo mismo cuando te mudás. Esta soy yo atando la bolsa de basura. Esta soy yo colgando un cuadro. Este es mi piso después de barrerlo. Pero al poco tiempo ese fervor se desvanece y solamente sacamos fotos el día del cumpleaños – si es que nos acordamos de comprar pilas.
3. Cuando uno está de viaje todo es un descubrimiento: la arquitectura, las costumbres, la comida, el arte. Todo sorprende, maravilla, impresiona, conmueve y extraña. Cuando uno se va a vivir solo, también descubre un nuevo mundo insospechado. Ah, así que esto es una grasera. ¿Qué llame a la administración para que arreglen eso? ¿No puedo llamar a mi papá? Claro, ahora entiendo por qué la gente se queja de la cuenta de UTE. Se acabó la calefacción en invierno.
4. En un país extranjero uno tiene que olvidarse de las costumbres que rigen su propio país y aprender a vivir como lo hacen los nativos del lugar en el que uno se encuentra. Así, si uno está en Asia deberá acostumbrarse a descalzarse antes de entrar a diferentes lugares, comer con palitos y cambiar el asado por el arroz con verduras. De la misma manera, es completamente aceptable llamar por teléfono a la casa del soltero pasada la media noche, ya que no despertaremos a los padres de nadie, pero es completamente inadmisible dignarse a molestar antes del mediodía. Se deberá siempre llegar de visita, portando bebida y en lo posible también comida; pero no se pretenderá encontrar vasos limpios ni hielo en la hielera.
5. Como sucede con los viajes largos en los que al principio estamos con todas las pilas, nos levantamos temprano para ir a visitar iglesias, monumentos y ruinas, hasta que en la segunda semana ya no queremos entrar a un museo más ni probar ningún otro plato típico y hasta nos cuesta admitir que extrañamos nuestra cama y nuestro baño y la comida de nuestro país. El primer período de la vida de soltero es emocionante, disfrutamos de ir al super y comprar exactamente lo que queremos comer, amamos la independencia de dejar cada cosa en el lugar que se nos antoje sin que nadie se moleste y de pasar el domingo entero sin peinarnos y en ropa interior. Pero después de un tiempo incluso todo esto cansa. Ya no queremos pensar en la cena, el desorden se apodera de nuestra casa al punto de tornarla inhabitable y ya no toleramos la dejadez que se ha apoderado de nuestra higiene personal. Es en estos momentos en los que el anuncio de una visita materna nos ayuda, obligándonos a limpiar, ordenar y lavar la ropa.
Manual de estilo 
excelente !
El post de los hijos cool es admirable, así como el de la mortadela.
gracias!
saludos
cuando me fui a vivir solo se parecía a irse de viaje porque había una barrita que siempre me cobraba peaje, jajajajaja
muy muy bueno el post y el blog en general
arriba!
gracias!
saludos!
genial el blog! me cago de risa siempre. Que no baje!
arriba!